Kilku Warak’a, el poeta quechua más
importante del siglo XX
Andrés Alencastre (de 1909, al 22 de agosto de 1984), que escribía con el seudónimo indio de Kilku Warak’a, llegó en cuanto al manejo del lenguaje quechua a un nivel más alto que el propio Argüedas, quien lo distinguió como el más grande poeta quechua del siglo XX.
Andrés Alencastre o Kilku Warak’a, no
obstante ser hacendado de antiguo linaje, promovió el movimiento indigenista propugando
una revisión del problema del indio, reclamando sus derechos,
ensalzando sus virtudes heredadas del inkario, cuando no magnificándolo en
exaltadas composiciones literarias, pinturas y piezas musicales; una
impostergable causa que si bien cundió, no siempre fue secundada, ni siquiera por
sus propios peones o su servidumbre.
Primeros años
Nacido en 1909, en la hacienda familiar de
Parq’o, a orillas de la relumbrante laguna Langui-Layo, provincia de Canas,
Cusco, el pequeño Kilku — diminutivo quechua de Andrés al principio estudia en
el centro estatal unidocente de la zona, luego se traslada a Cusco para cursar
estudios, primero en el parroquial Salesianos y después en el Colegio Nacional
de Ciencias, del que egresa en 1929.
Pero años atrás en 1921, por el
levantamiento del legendario caudillo mestizo Rumi Maqui, en Huancané, el
adolescente Andrés pierde a su padre, quien muere ritualmente ajusticiado por
una turba de peones que, ante la confabulación de autoridades y patrones para
quitarles sus tierras. Este cruento suceso ocurrido ante los ojos del púber
Alencastre, desgarraría para siempre el espíritu del poeta, tras la muerte de
don Leopoldo.
Más adelante
En 1940 — estudia Pedagogía en la Universidad Nacional de San Antonio Abad de Cusco donde escribió huaynos como: Puna desolada, Maizalito quebradino,
En 1940 — estudia Pedagogía en la Universidad Nacional de San Antonio Abad de Cusco donde escribió huaynos como: Puna desolada, Maizalito quebradino,
Su primera
obra de teatro, Pongo Killkito,
Egresa como profesor en1945 llegando a enseñar en el colegio nacional
Mateo Pumacahua de Sicuani,
Gana en Bolivia el primer premio de poesía
quechua con su poema “Illimani”.
Otras obras…Dramas y comedias del Ande,
Andando el tiempo (1953) Ch’allakuy y El pongo
Killkito escritos en qheswa — amalgama de quechua y español — traducidos
al francés por Georges Dumézil y publicada por la Sociedad Americanista de
París.
Escribiendo
En 1952 sale a la luz Taki parwa ,
su primer libro, conformado por treinta poemas de rotundos tercetos, cuartetos,
sextillas y décimas. El libro tiene notables poemas líricos y épicos en los que
por un lado se hace una especie de prosopografía de algunas animales de la
mitología andina, como el puma, y por el otro se ensalza la fastuosidad de las
diversas deidades o apus de la madre naturaleza, pero también se honra sutilmente al amor. El puma,
es el primer poema del libro y el más conocido.
“Este poemario puede ser considerado como
la contribución más importante a la literatura quechua desde el siglo XVIII. Es
comparable con el Ollantay por el dominio del autor sobre el
idioma.
En lo 60’, el bachiller Andrés Alencastre
Gutiérrez se gradúa de Doctor en Letras con la tesis “Fonética, semántica y
sintaxis del quechua”. Asimismo, publica Taki ruru, su segundo e intenso libro
conformado por 32 poemas disímiles, precedidos por litografías y dibujos de
Mariano Fuentes Lira, más un texto de presentación donde manifiesta: “este
poemario quechua que lo he denominado Taki ruru es la
continuación de Taki parwa en el que ofrecí a los hombres que
sienten la emoción quechua, la flor del canto; en Taki ruru les
ofrezco el fruto de esa canción”.
Ocho años después, en 1972 al publicar su
tercer volumen de poemas, Yawar para/Lluvia de sangre, profético y
desgarrador libro, una mazorca lírica del que se desgranan la
muerte, el pesimismo y el fantasma del padre muerto que lo atormenta, acepta
viajar invitado a diversos encuentros de literatura étnica en Chile, Bolivia,
Argentina y México. Son memorables sus participaciones como expositor en el
Congreso Internacional de Lingüística realizado en Bucarest, en Quebec, o su
comentada conferencia en quechua en la radio y TV de Moscú en 1968.
Otra vez atacan los indios
Retirado de la docencia, el sexagenario
Dr. Alencastre se instala definitivamente con su familia en “El Descanso”,
desolado páramo, cerca de la provincia de Yawri, consagrado al ordenamiento y
corrección de sus entrañables waynos y poemas.
Desgraciadamente, la noche del 22 de
agosto de 1984, en Pacobamba (alturas de Canas), seis décadas después de la
escalofriante muerte de su padre, el poeta Kilku Warak’a muere igualmente
ajusticiado por una turba de campesinos (sus peones) ayudado por las
autoridades cómplices, luego de sitiar la choza donde el poeta-hacendado se
había parapetado escopeta en mano, incendian su refugio, muerto el, le arrancan
ritualmente la lengua y los ojos; le cercenan el miembro viril a el que fue
mentor y padre espiritual de ellos, el mismo que en su último libro escribió
premonitoriamente: “El Ausanqati y el Salkantay son mis antenas receptivas. Yo
escucho en sus cimas la queja de los hombres que sufren y que piden, pero esta
petición, justa y tenaz, recibe en respuesta solamente lluvia de sangre
y ríos de lágrimas”.
Puma
Phuyuq wawan uqi mici
phiña uywa rumi maki urqullantan purishanki rit’illanta k’umu k’umu
Phiña phiña qhawarispan
phuyutaraq picarinki cupaykita maywirispan urqukunata mayt’unki
C’awarkishka sunkhaykiwan
intitaraq llakllacinki qalluykitaq sansaq puka yawartaña llaqwarishian
Apukunaq sumaq uywan
inkakunaq yupaycanan, yarqasqacu purishanki aycatacu maskhashanki?
Hamuy ñuqa qarasqayki
kay sunquyta qhasurispa, qhasquypatapi thallaykuy llakiykunata ñit’iykuy
Qaqa hasp’iq silluykiwan
hank’uykunata watariy hinaspataq puñuciway ama llaki mucunaypaq |
Puma
Tiznado gato, crío de la niebla
Airada fiera, garra de piedra Deambulas por los cerros Cabizbajo por la nieve Acechando con furor Barres la niebla Laceando con tu rabo Lías montañas Espinos filudos tus bigotes Al sol deslumbran, relucientes Candente brasa tu lengua Se relame por sangre Grácil felino de los dioses Venerado crío Deambulas hambriento Rastreando una presa? Ven y prueba Mi desgarrado corazón Reposa en mi pecho Aplasta mis penas Con tus garras (que rasguñan piedras) Trenza mis nervios Y adorméceme pronto Para no padecer pesares. |
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